Add parallel Print Page Options

Más le valdría que lo arrojaran al mar con una piedra de molino atada al cuello que ser culpable de que uno de estos pequeños caiga en pecado. ¡Estén, pues, atentos!

Si tu hermano peca, repréndelo; y si cambia de conducta, perdónalo. Aunque en un solo día te ofenda siete veces, si otras tantas se vuelve a ti y te dice: “Me arrepiento de haberlo hecho”, perdónalo.

Read full chapter